Documenta Catholica Omnia
Non nobis, Domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam


Index Verborum:     regalada


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Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos a un Religioso para Alcanzar la Perfecion

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos copiados por Magdalena del Espiritu Santo

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos por la Madre Maria de Jesus

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos procedentes de Antequera

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos recogidos por la edicion de Gerona

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Cantico Espiritual A

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Cantico espiritual B

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Cantico espiritual CA

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Cautelas

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Dichos de luz y amor

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Epistolario

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Grados de Perfecciòn

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    La Subida del Monte Carmelo

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Llama de Amor Viva A

§ 1

2. ¡Oh cauterio suave! ¡Oh regalada llaga! ¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado, que a vida eterna sabe y toda deuda paga! Matando, muerte en vida las has trocado.

§ 2

¡Oh cauterio suave! ¡Oh regalada llaga! ¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado, que a vida eterna sabe, y toda deuda paga! Matando, muerte en vida la has trocado.

§ 2.1.1

La primera es llaga regalada, y ésta atribuye al Espíritu Santo; y por eso la llama cauterio.

§ 2.1.5

Siendo, pues, este cauterio tan suave como aquí se ha dado a entender, ¡cuán regalada creeremos que será la que de tal fuego fuere tocada! Que, queriéndolo decir el alma, no lo dice, sino quédase con el encarecimiento y estimación por este término "¡oh!", diciendo:

§ 2.1.5

¡Oh regalada llaga!

§ 2.1.6

Y por eso dice: ¡Oh regalada llaga!; y tanto más regalada, cuanto ella es hecha por más alto y subido fuego de amor; porque habiéndola hecho el Espíritu Santo a fin de regalar, y como su deseo y voluntad de regalar sea grande, grande es la llaga, por que grandemente sea regalada.

§ 2.1.6

Y por eso dice: ¡Oh regalada llaga!; y tanto más regalada, cuanto ella es hecha por más alto y subido fuego de amor; porque habiéndola hecho el Espíritu Santo a fin de regalar, y como su deseo y voluntad de regalar sea grande, grande es la llaga, por que grandemente sea regalada.

§ 2.1.6

Y por eso dice: ¡Oh regalada llaga!; y tanto más regalada, cuanto ella es hecha por más alto y subido fuego de amor; porque habiéndola hecho el Espíritu Santo a fin de regalar, y como su deseo y voluntad de regalar sea grande, grande es la llaga, por que grandemente sea regalada.

§ 2.1.7

Grande es la llaga, porque grande es el que la hizo; y grande es su regalo, pues el fuego de amor es infinito, y se mide según su capacidad. ¡Oh, pues, regalada llaga!, y tanto más subidamente regalada, cuanto más en el centro íntimo de la sustancia tocó el cauterio de amor, abrasando todo lo que se pudo abrasar, para regalar todo lo que se pudo regalar.

§ 2.1.7

Grande es la llaga, porque grande es el que la hizo; y grande es su regalo, pues el fuego de amor es infinito, y se mide según su capacidad. ¡Oh, pues, regalada llaga!, y tanto más subidamente regalada, cuanto más en el centro íntimo de la sustancia tocó el cauterio de amor, abrasando todo lo que se pudo abrasar, para regalar todo lo que se pudo regalar.

§ 2.1.13

13. ¡Oh grandeza inmensa que en todo te muestras omnipotente! ¿Quién pudiera, Señor, hacer dulzura en medio de lo amargo, y en el tormento sabor! ¡Oh, pues, regalada llaga!, pues tanto más te regalan cuanto más crece tu herida.

§ 2.1.31

¡Oh, pues, cauterio de fuego, que abrasas infinitamente sobre todos los fuegos; y cuanto más me abrasas más suave me eres! Y ¡oh regalada llaga, más regalada salud para mí que todas las saludes y deleites del mundo! Y ¡oh mano blanda, infinitamente sobre todas las blanduras blanda, tanto para mí más blanda, cuanto más asientas y aprietas! Y ¡oh toque delicado, cuya delicadeza es más sutil y más curiosa que todas las sutilezas y hermosuras de las criaturas con infinito exceso, y más dulce y sabroso que la miel y que el panal, pues que sabes a vida eterna, que tanto me la das a gustar cuanto más íntimamente me tocas, y más precioso infinitamente que el oro y las piedras preciosas, pues pagas deudas que con todo el resto no se pagaran, porque tú vuelves la muerte en vida admirablemente!

§ 2.1.31

¡Oh, pues, cauterio de fuego, que abrasas infinitamente sobre todos los fuegos; y cuanto más me abrasas más suave me eres! Y ¡oh regalada llaga, más regalada salud para mí que todas las saludes y deleites del mundo! Y ¡oh mano blanda, infinitamente sobre todas las blanduras blanda, tanto para mí más blanda, cuanto más asientas y aprietas! Y ¡oh toque delicado, cuya delicadeza es más sutil y más curiosa que todas las sutilezas y hermosuras de las criaturas con infinito exceso, y más dulce y sabroso que la miel y que el panal, pues que sabes a vida eterna, que tanto me la das a gustar cuanto más íntimamente me tocas, y más precioso infinitamente que el oro y las piedras preciosas, pues pagas deudas que con todo el resto no se pagaran, porque tú vuelves la muerte en vida admirablemente!

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Llama de Amor Viva B

§ 0

2. ¡Oh cauterio suave! ¡Oh regalada llaga! ¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado, que a vida eterna sabe y toda deuda paga! Matando, muerte en vida las has trocado.

§ 0

¡Oh cauterio suave! ¡Oh regalada llaga! ¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado, que a vida eterna sabe, y toda deuda paga! Matando, muerte en vida la has trocado.

§ 0

La primera es llaga regalada, y ésta atribuye al Espíritu Santo; y por eso le llama cauterio suave.

§ 0

Siendo, pues, este cauterio tan suave como aquí se ha dado a entender, ¡cuán regalada creeremos que estará el alma que de él fuere tocada! Que, queriéndolo ella decir, no lo dice, sino quédase con la estimación en el corazón y el encarecimiento en la boca por este término, "oh" diciendo:

§ 0

¡Oh regalada llaga!

§ 0

Y así llaga de cauterio suave será llaga regalada, porque, siendo el cauterio de amor, ella será llaga de amor suave, y así será regalada suavemente.

§ 0

Y así llaga de cauterio suave será llaga regalada, porque, siendo el cauterio de amor, ella será llaga de amor suave, y así será regalada suavemente.

§ 0

Por eso dice el alma bien aquí: ¡Oh llaga regalada! ¡Oh, pues, llaga tanto más regalada cuanto es más alto y subido el fuego de amor que la causó, porque habiéndola hecho el Espíritu Santo sólo a fin de regalar, y como su deseo de regalar sea grande, grande será esta llaga, porque grandemente será regalada!

§ 0

Por eso dice el alma bien aquí: ¡Oh llaga regalada! ¡Oh, pues, llaga tanto más regalada cuanto es más alto y subido el fuego de amor que la causó, porque habiéndola hecho el Espíritu Santo sólo a fin de regalar, y como su deseo de regalar sea grande, grande será esta llaga, porque grandemente será regalada!

§ 0

Por eso dice el alma bien aquí: ¡Oh llaga regalada! ¡Oh, pues, llaga tanto más regalada cuanto es más alto y subido el fuego de amor que la causó, porque habiéndola hecho el Espíritu Santo sólo a fin de regalar, y como su deseo de regalar sea grande, grande será esta llaga, porque grandemente será regalada!

§ 0

8. ¡Oh dichosa llaga, hecha por quien no sabe sino sanar! ¡Oh venturosa y mucho dichosa llaga, pues no fuiste hecha sino para regalo, y la calidad de tu dolencia es regalo y deleite del alma llagada! Grande eres ¡oh deleitable llaga!, porque es grande el que te hizo; y grande es tu regalo, pues el fuego de amor es infinito, que según tu capacidad y grandeza te regala. ¡Oh, pues, regalada llaga!, y tanto más subidamente regalada cuanto más en el infinito centro de la sustancia del alma tocó el cauterio, abrasando todo lo que se pudo abrasar, para regalar todo lo que se pudo regalar.

§ 0

8. ¡Oh dichosa llaga, hecha por quien no sabe sino sanar! ¡Oh venturosa y mucho dichosa llaga, pues no fuiste hecha sino para regalo, y la calidad de tu dolencia es regalo y deleite del alma llagada! Grande eres ¡oh deleitable llaga!, porque es grande el que te hizo; y grande es tu regalo, pues el fuego de amor es infinito, que según tu capacidad y grandeza te regala. ¡Oh, pues, regalada llaga!, y tanto más subidamente regalada cuanto más en el infinito centro de la sustancia del alma tocó el cauterio, abrasando todo lo que se pudo abrasar, para regalar todo lo que se pudo regalar.

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Noche Oscura

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Otras del mismo a lo divino

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Que va por super flumina



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